lunes, 11 de noviembre de 2013

Sífilis y Hepatitis B según www.cdc.gov

Sífilis
La sífilis es primordialmente una enfermedad de transmisión sexual, pero una madre infectada la puede transmitir a su bebé durante el embarazo. La transmisión de la sífilis a un bebé en gestación puede causar graves problemas de salud. La sífilis se ha vinculado a nacimientos prematuros, muertes fetales y, en algunos casos, a muerte poco tiempo después del nacimiento. Los bebés que no reciben tratamiento y que sobreviven tienden a tener problemas en múltiples órganos, como el cerebro, los ojos, los oídos, el corazón, la piel, los dientes y los huesos. Las pruebas de detección de la sífilis se deben realizar en todas las mujeres embarazadas durante la primera visita médica prenatal y se deben repetir en el tercer trimestre, si se considera que la paciente tiene un alto riesgo.

Hepatitis B
La hepatitis B Archivo PDF una infección del hígado causada por el virus de la hepatitis B (VHB). Una madre infectada puede transmitir la infección a su bebé durante el embarazo. Aunque el riesgo de que una madre infectada transmita el VHB a su bebé depende de cuándo se infectó, el riesgo más alto se presenta cuando la madre se infecta cerca del momento del parto. Los bebés infectados también tienen un riesgo alto (hasta del 90 %) de convertirse en portadores crónicos (de por vida) del VHB15. Los bebés que tienen una infección del VHB de por vida tienen un riesgo mayor de presentar enfermedad crónica del hígado o cáncer del hígado más tarde en su vida. Aproximadamente uno de cada cuatro bebés que presentan infección crónica del VHB morirá finalmente por la enfermedad crónica del hígado13. La transmisión del VHB de madre a hijo se puede prevenir al hacer pruebas de detección de la infección a las mujeres embarazadas y brindar tratamiento a bebés con riesgo poco después de nacer. Se puede encontrar información sobre la transmisión del VHB de madre a hijo en http://www.cdc.gov/hepatitis/HBV/PerinatalXmtn.htm (en inglés).
Hepatitis C
La hepatitis C Archivo PDF es una infección del hígado, causada por el virus de la hepatitis C (VHC) y puede ser transmitida por una madre infectada a su bebé durante el embarazo. En general, una madre infectada transmitirá la infección a su bebé el 10 % de las veces, pero las probabilidades son más altas en ciertos subgrupos de la población, como en las mujeres que también están infectadas por el VIH16. No se recomiendan pruebas de detección del VHC en forma regular para las mujeres embarazas; sin embargo, se debe considerar realizar estas pruebas a personas que tengan factores de riesgo que se han vinculado al VHC, como el uso de drogas inyectables. En algunos estudios, los bebés nacidos de mujeres infectadas por el VHC han mostrado un riesgo mayor de tener un tamaño más pequeño al de su edad gestacional, de ser prematuros y de presentar bajo peso al nacer15. Los bebés recién nacidos con la infección del VHC, por lo general, no tienen síntomas y en su mayoría eliminarán la infección sin ayuda médica. La enfermedad del hígado tiende a evolucionar más lentamente en los niños infectados con el virus de la hepatitis C y estos responden algo mejor al tratamiento, en comparación con los adultos.

lunes, 16 de septiembre de 2013

VIH y EMBARAZO según www.cdc.gov

El virus de la inmunodeficiencia humana.
El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es el virus que causa el síndrome de inmunodeficiencia adquirida o sida. El VIH destruye células sanguíneas específicas que son cruciales para ayudar al cuerpo a combatir las enfermedades. Según los datos de vigilancia del VIH de los CDC del 2011, las mujeres representan el 25 % de todos los adultos y adolescentes que viven con infecciones del VIH diagnosticadas en los Estados Unidos2. Las formas más comunes de transmisión del VIH de madre a hijo son, durante el embarazo, el parto o al amamantar al bebé. Sin embargo, si el VIH se diagnostica antes o durante el embarazo y se toman las medidas adecuadas, el riesgo de transmisión de madre a hijo puede disminuirse a menos del 2 %3. Se recomienda que todas las mujeres embarazadas se hagan las pruebas de detección del VIH. Si la madre sabe al comienzo del embarazo que tiene el VIH, tendrá más tiempo para consultar con su proveedor de atención médica y decidir formas eficaces para proteger su salud y la de su bebé en gestación.

Fuente CDC USA

lunes, 8 de julio de 2013

ETS y EMBARAZO según el www.cdc.gov

Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) y el embarazo - Hoja informativa de los CDC
Las mujeres embarazadas pueden contraer las mismas enfermedades de transmisión sexual (ETS) que las mujeres que no están embarazadas. Las mujeres embarazadas deben pedirle al médico que les hagan pruebas de detección de las ETS, ya que algunos doctores no lo hacen de manera habitual.
collage de mujeres embarazadas y familias
¿Las mujeres embarazadas pueden infectarse con una ETS?
Las mujeres embarazadas pueden infectarse con las mismas enfermedades de transmisión sexual (ETS) que contraen las mujeres que no están embarazadas. El embarazo no ofrece a las mujeres ni a sus bebés ninguna protección adicional contra las ETS. Muchas ETS son "silenciosas", o no tienen síntomas, por lo que las mujeres no saben que están infectadas. Las mujeres embarazadas deben hacerse pruebas de detección de las ETS, incluido el VIH (el virus que causa el sida), como parte de la atención médica de rutina durante el embarazo. Las consecuencias de una ETS en una mujer embarazada y en su bebé pueden ser más graves y hasta mortales, si la mujer se infecta durante el embarazo. Es importante que las mujeres conozcan los efectos dañinos de las ETS y que sepan cómo protegerse y proteger a sus hijos contra la infección. Las parejas sexuales de las mujeres infectadas también deben hacerse pruebas de detección y recibir tratamiento.
¿Qué efectos tienen las ETS en la mujer embarazada y en su bebé?
Las ETS pueden causar complicaciones del embarazo y tener graves efectos en la mujer y su bebé en gestación. Algunos de estos problemas se pueden notar al momento del nacimiento, mientras que otros no se descubrirán sino hasta meses o años después. Además, se sabe que la infección por una enfermedad de transmisión sexual, puede hacer más fácil que una persona se infecte con el VIH1. La mayoría de estos problemas pueden prevenirse si la madre recibe atención médica de rutina durante el embarazo. Esta atención incluye pruebas de detección de ETS en etapas tempranas del embarazo y su antes del parto, si es necesario.

Fuente: CDC, USA

lunes, 6 de mayo de 2013

Trastornos Psicológicos Perinatales

Trastornos Psicológicos Perinatales

La principal causa de incapacidad en la mujer es la depresión. (Gaines,et.al, 2005). Los trastornos perinatales han sido identificados en mujeres de todas las culturas, edades, nivel social, y raza. (El término “perinatal” generalmente se refiere al periodo desde el embarazo hasta el primer año de vida.) Investigaciones científicas han demostrado que los trastornos perinatales pueden aparecer días o incluso meses después del parto. (Kendell, 1987)


Aunque se utiliza el término “depresión posparto” frecuentemente para describir los trastornos perinatales, existe un espectro de trastornos que pueden aparecer durante el embarazo y posparto. Estos incluyen:
 Depresión/ansiedad en el embarazo: Se estima que del 8.5 al 11% de las mujeres embarazadas sufrirán síntomas de depresión y/o ansiedad de moderados a severos (Gaines, et. al, 2005).
Depresión Posparto: Aproximadamente del 6.5 al 12.9% de las mujeres sufren algún grado de depresión después del parto. Los síntomas son muy diversos y pueden incluir: sentimientos de enojo, miedo y/o culpa, falta de interés en el bebé, trastornos del apetito y del sueño, dificultad al concentrarse y en la toma de decisiones, y posibles pensamientos agresivos hacia el bebé o hacia sí misma.

Trastorno de Pánico Posparto: Esta es una forma de ansiedad que ocurre hasta en el 11% de las madres primerizas. Los síntomas incluyen: nerviosismo, ataques de pánico reincidentes (hiperventilación, dolor de pecho, palpitaciones), preocupaciones o miedo (Wisner, Peindl and Hanusa, 1996).

Trastorno Obsesivo-Compulsivo Posparto: Este es el trastorno perinatal peor entendido y peor diagnosticado de todos. Se estima que del 3 al 5% de las madres primerizas sufrirán los siguientes síntomas: obsesión (pensamientos persistentes o imágenes mentales repetitivas relacionadas o no con el bebé), compulsiones (hacer cosas una y otra vez para reducir el miedo y la obsesión), y un sentimiento de horror acerca de las obsesiones. Estas madres saben que sus pensamientos son raros y muy raras veces los ponen en práctica (Brandes et al, 2004).

Trastorno por Estrés Postraumático: Del 1 al 6% de las mujeres experimentan este trastorno después del nacimiento del bebé. Los síntomas típicos incluyen: experiencia traumática del parto con una repetición del trauma vivido (a través de sueños, pensamientos, etc.), rechazo de estímulos relacionados con el evento (pensamientos, sentimientos, personas, lugares, detalles del evento, etc.), y un incremento persistente de sensibilidad (irritabilidad, dificultad para dormir, hipervigilancia).

Trastorno de Psicosis Posparto: Ocurre aproximadamente entre 1 y 4 de cada 1,000 partos (Gaines, et. al, 2005). El comienzo es usualmente rápido y los síntomas incluyen: Delirios (pensamientos extraños), alucinaciones, irritabilidad, hiperactividad, insomnio, cambios de temperamento y toma de decisiones incorrecta. Hay un 10% de infanticidio/suicidio asociado con la psicosis posparto por lo que resulta imperativo tratar este trastorno inmediatamente.

Cuando no hay una intervención apropiada la depresión posparto puede prolongarse y generar consecuencias negativas tanto para la madre como para el bebé. El estado de ánimo de la madre y los síntomas de ansiedad también tienen un impacto directo sobre la pareja. Su compañero puede sentirse abrumado, confundido, enojado, y también preocupado de que ella nunca vuelva a ser la misma. Esto puede ser una carga pesada para la relación de la pareja.
La detección y la intervención temprana pueden proteger la salud de la madre, del bebé, y de toda la familia.
 Hay evidencia científica disponible sobre la efectividad de diversas opciones de tratamiento. Las madres con trastornos perinatales necesitan saber lo siguiente: "Ustedes no están solas. Ustedes no son las culpables. Con la ayuda apropiada, ustedes se sentirán bien."
PSI Línea de Apoyo ("PSIWarmline"): (800) 944-4PPD (4773)
Beck, C. 2004. PTSD Due to Childbirth, The Aftermath. Nursing Research 53(4):216-224.
 Brandes, M., Soares, C.N., & Cohen, L.S. (2004) Postpartum onset obsessive compulsive disorder, 7, 99-110.
 Gaynes, et al., (2005). Agency for Helathcare Research and Quality (AHRQ), in collaboration with the Safe Motherhood Group (SMG)
Kendell, R.E., Chalmers, J.C., and Platz, C. (1987). Epidemiology of puerperal psychoses. British Journal of Psychiatry, 150, 662-673.
 Wisner, K.L., Peindl, K. S., & Hanusa, B.H. (1996). Effects of childbearing on the natural history of panic disorder with comorbid mood disorder. Journal of Affective Disorders, 41, 173-180

miércoles, 13 de marzo de 2013

Taller I Congreso Nacional de Obstétricas